lunes, 29 de octubre de 2018

Fiesta de todos los Santos


Se acerca una fecha  muy especial (1 de Noviembre, el día de todos los Santos) y vamos a conocer un poco la vida de estos santos...

Santa Teresa de Calcuta era una mujer muy santa, muy buena, que le dijo a Dios que quería amarlo sirviendo y ayudando a los pobres más pobres del mundo. Muchas mujeres decidieron unirse a ella, y se consideraron como sus hijas. Se llaman las “Misioneras de la Caridad”. Vivió en la India muchos años, y allí ayudó, con sus hijas, a miles de enfermos y moribundos, miles de niños sin hogar, miles de pobres… Ella decía que todo eso era posible gracias a la ayuda de Jesús.



San Juan Pablo II fue un Papa muy bueno. Nació en Polonia y se llamaba Karol, pero cuando fue elegido Papa se puso el nombre de Juan Pablo. Quería mucho a la Virgen, nuestra Madre. Hizo muchísimos viajes por todo el mundo para decirle a todos cuánto nos quieren Jesús y María. Yo me acuerdo mucho de él, porque fue él quien me ordenó sacerdote. ¿Qué os parece? Fue en el año 1987, en Roma. Me acuerdo que me dio un abrazo, y me preguntó de dónde era. Le dije que era gallego, y que los gallegos estábamos esperando que fuera de viaje a Santiago de Compostela por segunda vez. Y así fue.



Santa Mónica era una esposa y una madre maravillosa. Tenía un hijo llamado Agustín. Era un joven muy inteligente, un triunfador. Pero vivía alejado de Jesús. Y santa Mónica, que quería tanto a Jesús, no hacía más que pedirle la conversión de su hijo. Rezaba muchísimo por él, y lloraba al ver que iba por un camino equivocado. Pero al fin el Señor le concedió lo que tanto le había pedido: Agustín se convirtió, después decidió hacerse sacerdote, y fue un gran santo.


Santa Teresita del Niño Jesús era una monja carmelita muy simpática, muy alegre. Ella decía que para amar a Jesús no hacía falta hacer cosas raras o complicadas. Que había que ser como niños pequeños. Los niños pequeños son sencillos y disfrutan mucho con el cariño de sus padres. Los cristianos también debemos ser así, sencillos, y disfrutar con el cariño de Jesús y de su Madre, la Virgen María. Y así es como sabremos darles todo nuestro cariño y querer también a los demás.



San Josemaría Escrivá es un santo aragonés. Era muy simpático. Tenía muy buen humor, incluso cuando estaba enfermo. Yo tuve la suerte de conocerlo personalmente y estar con él en varias ocasiones. Una vez le pregunté qué me aconsejaba para no pensar tanto en mí mismo. ¿Sabéis qué me dijo? Trabajar mucho y ayudar a los demás; así no tendría tiempo de pensar en mí.



Tomás (sacerdote)


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